LOS DOS ÁRBOLES DEL PARAÍSO
Los símbolos del bien y del mal están representados en muchas tradiciones por la cabeza y la cola de la serpiente y. por lo tanto, son una parte integral de nosotros. ¿Cómo gestionarlos? Aprendiendo a enraizar nuestra conciencia "caída" en una conciencia de un orden superior que llamamos nuestra superconciencia, nuestro yo superior para iluminar nuestro yo inferior y lograr, en esta vida, un equilibrio pacífico. El autor da una gran cantidad de explicaciones y consejos prácticos y concretos.
pag. 225
“Durante milenios los humanos han tratado de comprender el origen del mundo así como la aparición del mal (y su consecuencia, el sufrimiento) en este mundo. A menudo han sido presentados en forma de mitos, por ello en los libros sagrados de todas las religiones, se encuentran relatos simbólicos que hay que saber interpretar. La tradición cristiana ha retomado el relato de Moisés, en el Génesis, donde se dice que en el sexto día de la creación, Dios hizo al hombre y a la mujer y los situó en el jardín del Edén entre todas las especies de animales y plantas. Moisés sólo menciona dos árboles de este jardín: el Árbol de la Vida y el Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal cuyos frutos prohibió a Adán y Eva comer…
El Árbol de la Vida representa la unidad de la vida, ahí donde la polarización no se manifiesta todavía, es decir, donde no hay ni bien ni mal, una región por encima del bien y del mal. Mientras que el otro Árbol, representa el mundo de la polarización donde uno está obligado a experimentar la alternancia de los días y las noches, de la alegría y del dolor, etc. Estos dos árboles son, pues, regiones del universo, o bien estados de conciencia, y no simples vegetales. Y si Dios les dijo a Adán y Eva que no probaran del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal, esto significa que todavía no debían entrar en la región de la polarización…”
Omraam Mikhaël Aïvanhov
INDICE:
- I Los sistemas teocéntrico, biocéntrico y egocéntrico ( Leer capítulo )
- II Los dos primeros mandamientos
- III Lo que revela el rostro humano
- IV El poder mágico de los gestos y de la mirada
- V “Caminad mientras tengáis luz”
- VI El consejo que nos da el Sabio
- VII La parábola de las cinco vírgenes prudentes y de las cinco vírgenes necias
- VIII El aceite de la lámpara
- IX Los dos árboles del Paraíso